El río como “común” : un experimento participativo para restaurar el río Auzon (Vaucluse - Sur de Francia)
Résumé
La urbanización y la industrialización han alterado enormemente el funcionamiento de los ríos europeos, hasta el punto de que es necesario restaurarlos. Sin embargo, los proyectos de restauración suelen ser controvertidos. Los métodos utilizados no son unánimemente aceptados por los expertos. Sobre todo porque los marcadores biológicos del retorno al "buen estado" no son inmediatamente cuantificables. Además, los agentes sociales tienen dificultades para proyectarse en el tiempo, sobre todo cuando sus prácticas están en entredicho. Por falta de apoyo, muchos proyectos no llegan a buen puerto.
Nuestro trabajo da cuenta de una experiencia participativa que, en lugar de evitar las controversias, permitió explicitarlas y utilizarlas como espacios de exploración y co-construcción del proyecto de restauración de un pequeño río del sur de Francia: el Auzon. Este río ha sido represado y bloqueado por presas. Sus orillas, en la ciudad de Mazan, se han convertido en carreteras y aparcamientos, mientras que el suelo de su cuenca se ha urbanizado artificialmente. Su calidad ecológica se ha deteriorado al mismo tiempo que ha aumentado su poder destructor durante las crecidas. Sin embargo, en lugar de proponer soluciones por su cuenta, que habrían ofendido el apego de los residentes locales, el gestor del río (EPAGE Sud-Ouest-Mont-Ventoux) se asoció con nuestro equipo de investigación interdisciplinar para idear talleres de aprendizaje mutuo durante los cuales los diferentes conocimientos expertos y locales pudieron circular y entremezclarse. Tras una serie de intercambios y trabajos prácticos que permitieron abordar cuestiones técnicas y sociales, se invitó a los vecinos a elaborar sus propias maquetas sensibles del Auzon del futuro, destinadas a inspirar a los ingenieros. Sus propuestas, al igual que sus comentarios, fueron objeto de un análisis comparativo.
Los resultados de este experimento, elaborado mediante una serie de entrevistas en profundidad con vecinos, representantes de asociaciones, cargos electos y gestores, son dobles. Por un lado, dio lugar a propuestas concretas que permitieron superar posiciones de principio, por ejemplo, la negativa a desmantelar un azud en aras de la continuidad ecológica, a pesar de que su salto de agua era apreciado (aunque de acceso peligroso). Los vecinos propusieron sustituirlo por una serie de pequeñas estructuras de escollera capaces de proporcionar los mismos servicios visuales y acústicos, si se encontraba una toma de agua alternativa para los canales. Del mismo modo, los talleres permitieron transformar las quejas individuales sobre los inconvenientes del curso de agua en demandas para recuperarlo como bien común. Más allá de la restauración, los vecinos expresaron su deseo de constituir una asamblea para seguir cuidando del Auzon, pero también para devolver su lugar al curso de agua en las políticas urbanas locales.
Nuestro trabajo subraya las ventajas de los métodos participativos creativos que colocan a los expertos en una relación simétrica con los habitantes recurriendo a lo sensible. Extraemos algunas reflexiones más generales sobre cómo pensar el desmantelamiento de las infraestructuras antropogénicas para restaurar, de forma más amplia, la habitabilidad de nuestro medio ambiente.